sábado, 18 de abril de 2015

Hay algo de cielo y algo de infierno en el acto de arroparnos con otros cuerpos. Se deambula entre la copa y la raíz del árbol del cosmos y se respira a través de esos sudores fríos en la nuca, los antebrazos, las rodillas. Se tiene puesta la piel de otro hombre, y también creo que hay algo de milenaria magia oscura en todo ello.

Sé que algo de muerte hay en ese arrojarse hacia la boca de otro, de dejarse escrutar por la mirada nocturna de otro, pero también una promesa de respiro e impulso. Lo tibio-húmedo y lo frío danzan entre dos cuerpos que se desnudan e intentan cubrir una desnudez profunda con la piel y la inmediatez de otro.

Creo que el placer es caótico y contradictorio, admito que las fuerzas que lo mueven dirigen a la completa destrucción, y es siempre por contacto; al final siempre se sabe más de lo que puede entenderse.   

miércoles, 15 de abril de 2015

Ich mag dich

Me descubrí escribiendo "me gustas" en el traductor, para saber cómo se escuchaba esa frase en alemán; sentí un poquito de nostalgia y la respiración apresurada. Estoy siempre jugando a imaginar recuerdos, porque a veces los míos, los ciertos, no me alcanzan.
Una vez tuve un novio a quien, ya con una botella de vino a cuesta, le pedía que me hablara en italiano. El último chico con quien estuve me dijo gute nacht y después vino el desnudo sueño.
Al amor lo recibo entre las piernas, pero esto no siempre  es cierto; a veces sólo siento que palpo al amor cuando me lo regalan envuelto en otro idioma: italiano, catalán, chino, coreano, alemán. Una tarde mi amiga me dijo: "tú no buscas cualquier relación, tú buscas historias", eso me dijo. Pero yo creo que busco un nuevo idioma. Yo la quiero mucho a ella, es dulce, es risueña, morenita inteligente. Pero me desvío, siempre me desvío.
Cuando salía con aquella chica de Beijing, siempre estuve preguntándole cómo se decía cualquier palabra en mandarín, y aprendí un par. Yo me enamoré de ella escuchándola a través de la pared, mientras platicaba con sus amigas en un idioma cadencioso e histérico. ¡Perdí siempre la cabeza al escucharla decir "Nǐ huì qù shàngkè jīntiān?" ,
Dirk sólo me dijo buenas noches, pero porque yo se lo pedí. Las dos veces que estuvimos juntos me habló en español argentino: "me gustás", "sacáme la ropa", "¿me ashudás?". Dice que vivió un año en Argentina. Su nombre en español era el mismo que "Diego", me lo dijo la noche en que lo conocí en esa fiesta de Coyoacán. Pero Diego se llamaba el chico que habla italiano y catalán, por eso mejor Dirk.
Ahora busco en internet cuántas horas son de diferencia entre la Ciudad de México y Berlín. Siete, como los días que él estuvo en la ciudad. Yo sólo lo vi tres veces, más no pude y por alguna razón comencé a extrañar mis clases de francés e inglés. Si es cierta la apreciación de mi amiga, pienso que lo nuestro fue una minificción, o tan breve como un estado de facebook.
Una vez leí una frase que decía algo así como "la vida es demsiado breve para aprender alemán", no lo sé, de pronto que sí. ¿Sabían que Goethe se pronuncia /gút/? Pero es como si dijeran u y e al mismo tiempo. Él me lo dijo una noche mientras bebíamos cerveza, recordábamos a Kafka también. Le dije que Kafka casi hace que me suicide y el se echó a reír y dijo "gracias a Dios que no".
Me ha entrado un odio por los traductores automáticos, porque me agrandan las distancias, la nostalgia y el deseo.