lunes, 28 de diciembre de 2015

+/-

Puedo reconocer a una mujer asiática mirando sus piernas. Cuando Xu Fei volvió a Beijing, y dejamos de escribirnos y dejamos de besarnos y dejamos de procurarnos la una a la otra, me entregué al descuidado placer de comparar tamaños y formas de los muslos de muchachas orientales. 

Es ingenuo pensar en una ausencia del deseo, aún con la distancia intermediaria entre aquel que contempla y el objeto carnal, intelectualmente anhelado.

No habría por qué separar la efusiva soltura de los músculos, un lúbrico estremecimiento, una nota de voz que en calidad de prófuga atraviesa las cuerdas vocales contraídas, de la hondura de la tristeza. El cuerpo es una llanura inmensa en donde caben ambas eternidades: presencia/ausencia, encuentro/desvanecimiento, goce/melancolía.

Mi placer es una síntesis de contrarios. Él. Ella.


lunes, 16 de noviembre de 2015

Noctem

hay un cuarto a mi derecha que es canoa
un velero en el agua subterránea de la noche
digamos

hombre desnudo en la embarcación de la noche
una escama marítima asoma su frente
tres años luz y una luna

es el tiempo de recordar Ecuador para ese hombre
por la noche navega
a 10 kb por segundo
hacia Quito y un dulce de turrón
que reposa dentro de su alcoba

abro la ventana y pienso
que hay un cuarto a mi derecha que es
                                                                   canoa

el movimiento de la noche nos arroja
a pensar en mares expandidos
fluyentes

me asomo por la ventana y sumerjo un poco mis dedos
en esta agua oscura

jueves, 5 de noviembre de 2015

Permanecer




Instrucciones:

1. convertir en mail la promesa de un viaje
y cartografiar en un historial de búsquedas
todos los caminos no andados para poder ver

2. hacerse de botellas profundas
durante las esquinas de la tarde y perseguir
formas mellizas que acompañen los paseos dominicales
en la avenida de la existencia y los escaparates

3. recibir la lluvia en el patio interior de la memoria
y los mil doscientos veintiún caracteres de respiración artificial
que se le da al presentimiento
de todo presente ido a pique

4. parecer la hoja con tipografía que se deja en el escritorio
los aretes azules a un lado de una cama
y el calor silencioso que por las noches solitario
hace crepitar las pieles

5. arriesgar ciento y una entradas en un blog
e intervenir con el propio nombre la boca de otros
a quien jamás se ha visto y sin querer
ser otras avenidas y el presentimiento de otro instante

martes, 3 de noviembre de 2015

Hasta la raíz

Silvana se desnuda en la azotea
sol de octubre todavía

la tierra oscurece la base de sus pies y salta con
uno y otro junto a Natalia Dai.
Junto a todas las Natalias del mundo ella agradece rolas p e d a z o  de cielo,
como esta.

miércoles, 28 de octubre de 2015

.-***


Enciendo un Strike y pienso en Mujeres al borde de un ataque de nervios de Almodóvar. Recorro mentalmente la secuencia en que la mujer más loca, farmacodependiente y despechada, enciende con un cigarrillo su propia cama. También pienso en Salvador Elizondo, un poco. Me siento y pienso en un pequeño bulto sobre mi seno. Pienso en mi exnovia, que jamás explicó en su último mail qué tipo de cáncer y qué parte de su cuerpo fue afectado. Pienso en muchas cosas que deberían arder, o bien porque no funcionaron, o bien porque

pienso en la noche que me acosté con mi amigo Alejandro, quien me regaló hace unos minutos este cigarrillo y de aquello hace ya un par de años.

 Los hombres que salieron a la calle, que bajaron en pantalones y sin bóxer entre la gente embriagada de fiesta y deseosa de ver arder; hombres que salieron a buscar un condón y yo esperé desnuda en una cama, en muchas camas que son la misma cama, desnuda y esperé.

Pienso en mi tío, el señor G. Corleone, que me besa en la boca cuando está borracho y a la vez siento algo realmente corrosivo y amargo en este cigarrillo. Una cuenta absurda que no he pagado, no he pagado

por ir a hablar de mí, de mí a los cinco años. No quiero hablar de mí a los cinco años con un maestrante pálido de psicoanálisis, pequeño clon del joven Woody Allen. No, no he pagado esa cuenta absurda.

No quiero que se termine mi Strike, porque dejaré de hablar sin haber incendiado nada, like ever. Y no bajaré a tocar de nuevo la puerta de Alejandro, porque él me ha hablado del tiempo y de la luz, del universo, me ha dicho que jamás podría verme como a una hermana, me juró que yo, que tal vez, que por qué no otra vez... pero yo no, pero no habrá otra vez. He cerrado la puerta.

Le diré al joven Arturo Woody Allen que cerré la puerta, le contaré mi sueño y él jugará a comprender, por doscientos cincuenta pesos y porque todos queremos hacer como que entendemos de qué se trata todo esto. Le diré cómo camino por una avenida enorme y oscura,

sé que algo va arder cuando camino por una avenida enorme y oscura, todas las noches. Sé que algo va arder cuando no contesto y no llamo y les digo a todos "¿yo? bien" / "¿tendrás un cigarrillo?"
Mujeres al borde de un ataque de nervios, pienso y me consu

lunes, 26 de octubre de 2015

Ruta 3/30

Silvana y Maura juegan que están perdidas en un bosque, en neblina, en horas vespertinas, entre ruidos de octubre. De Silvana yMaura se hace una, no sabemos si Mariana, o una rama, o una seña con la mirada, o un breve reír entre escaleras de piedra y los 13 grados.
A sus veintitrés son, las tres, niñas otra vez. ¿Qué hay en estos juegos que será recordardo años después, en un consultorio de la memoria y el engaño con palabras? Una le cuenta a otra su travesura:  he grabado a mamá cantando, le dice. Otra le comparte a una algo que podría ser motivo de autocastigo: caramelos de arándano. Todo es casi un secreto de Mariana, quien juega nerviosamente con la rama y envía señas con la mirada al extraño con quien se ha topado veintitrés veces esta tarde.



jueves, 22 de octubre de 2015

Insignificancia

Un hombre que vivía solo en el apartamento 24. Una cortina de baño blanca con peces verdes. Un rastrillo desechable que hacía falta renovar. El tenue tararear de una canción de moda en la radio. El recuerdo de la llamada no realizada, como cada noche, a la madre. El cigarrillo de la madre. El gato de la madre. La reuma de la madre. La soltería del hombre. La barba mal recortada del hombre. La arruga en la frente aguda del hombre. Un martes por la noche, después de la oficina. La regadera. El hombre. La espuma tibia. El vapor. La imagen de la secretaria Conchita. Las nalgas tristes de Conchita. El rechazo de Conchita. El tapiz verde. La pequeñez del cuarto. La avena tibia que no sería engullida frente al televisor. Un disparo. Una nota en un periódico local. Santiago López, tu hijo.

sábado, 17 de octubre de 2015

Plano secuencia

J. Brennan soñó contigo esta tarde, todo aconteció en el intermedio de Fear and desire. Durante el sueño, tú bebías un vaso de café sobre una estatua broncínea, con las piernas en ligero compás. Es cierto que quemaste un poco tu boca en ese momento y que él recordaba cómo Lolita se pinta las uñas. Te miraba y pensó que sería buena idea descansar su cabeza sobre tus piernas. Olió tu vestido: un bosque en tiempo de guerra. Reíste. Sus uñas dejaban huella en tus muslos y él también quemó su lengua. Fear and desire. Fear and desire. Fear. Desire. Desire.
     Brennan pensó que tu cuerpo era una trompeta, una balsa de bambú, un murmullo de río. Tú lo capturaste con las piernas antes de que él pudiera darse cuenta de la confusión, de la irrealidad, de la dislocación de historias y de la tercera llamada. Se apagaron las luces en alguna sala. La estatua broncínea ardió con los rayos del medio. Tres gotas de sudor, ahora, sobre la frente de J. Brennan. Todos vamos a derretirnos. Él sugerirá una voz en off, tú que bajen las luces. Yo ya me he puesto los audífonos y ahora les pido silencio, todo comenzará en unos instantes. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

lunes, 12 de octubre de 2015

+3

acabo de leer los poemas que en dos mil doce y once escribió la que entonces fue tu novia. pude sentirla junto a mí y se hizo más presente que tú ahora,
que tú ahora lejos,
que tú en algún extremo de alguna línea de ferrocarril,  pensando mundos que no conozco.
estoy ciega.
ella está aquí ahí allí, incluso más cerca que yo de ti ahora, en esta línea. aquí. más cerca. tan cerca la siento a ella ahora que me cubro el rostro, el cuello hasta el pecho, porque presiento
que puede darle copy-paste al adjetivo <esplendente> que anoche pusiste en mi coronilla,
antes de besarme fugazmente con un click.

la leo a ella y leo también estos cuarenta y dos días y miles de caracteres de no reír por lo bajo en el interior verdísimo de un café. ya sé.
tú yo y ella.
y ellas. y ellos.
hagamos juntos una fiesta y amémonos todos. yo crearé el grupo en Facebook si prefieres.

y ya leí tres poemas. ella se hizo presente ahora y no va a marcharse si yo no hago click en escape.

no estás ahora. un viento frío ha entrado por una ventana que permanece cerrada.









miércoles, 7 de octubre de 2015

La mañana siguiente

[a juan luis panero]

Yo conozco a la mujer que cepilla su cabello dentro del vagón del metro,
sé que podría ser ella la misma de aquel momento matutino en que sentí la espuma
sobre la amarillez de una piel alta y blanda.

Reciente he visto yacer, con soledad virtuosa,
a una mujer desnuda,
y la he visto cargar
sobre cada palmo de su piel
el sospechoso lunar
de la promesa.

En la piel
el agua se seca.
Los cabellos vuelan al interior
de un túnel oscuro.

Silencio. Es ella.

En cada omisión acústica,
en cada benevolente onda que
hacia el interior de mí se propaga
hasta convertirse en línea ordenada
por sintagmas y categorías,
persiste otra línea del cuerpo de alguna mujer:
un cabello,
ese espiral del ombligo,
la inescrutable línea de unos labios contenidos o, sabrás,
este dedo insípido que por cada idea aprende
a teclear.

Silencio. Yo conozco esa mujer.

martes, 29 de septiembre de 2015

Lógica del sueño

YO
voy a crear algo simple
porque papá está en mi sueño
y no puedo comprarle fresas con crema
ya sé
estoy triste
el mar casi me lleva anoche
amarré las sábanas a la pata de mi cama y
planeé saltar por la ventana
atoré la puerta con un alambre
en mi sueño
no hay tiempo ni dentro ni fuera
corro y estoy
triste porque papá está esperándome en la playa
tardaré mucho quizás no vuelva pero
busco en mi camino un postre es el hambre
es el tiempo y la leche fresca es la arena
es el elevarse
y el no hacer ruido para lograr escapar a algún sitio
desde un no-lugar
pero todo fue real porque antes yo quise saltar porque antes conocí el mar
en tantos sueños con tanto sol y tantos padres y tantas esperas y tanta arena
y tanto riesgo
de ser embebida por una fuerza giratoria
porque cerré los ojos pensando en que mañana
sería otro día para planear escapar
sin que nadie
me oyera
fue la prisa.

sábado, 12 de septiembre de 2015

3/no more/3

Quiero hablar de las noches que hemos pasado juntos, porque sé que tú también las contaste, porque dijiste una mañana que sólo nos habíamos visto seis veces y acertaste el número.
Quiero describir la manera que adopta tu boca, es más bien una mueca, cuando estás caliente y me ves y no me ves realmente, lo sé. Porque tu boca la mueves de una manera inconsciente y te muerdes el labio inferior, y yo me acerco y no me acerco realmente.
 Quiero decirte pero no he sabido cómo que cuando vuelvas de nueva york quisiera que hiciéramos el amor en el baño de aquel bar donde los lunes a media noche ponen a dragon ball z.
Quiero decirte que la segunda vez que tuvimos sexo debió ser la primera y la primera la segunda. Que yo sí perdí la cuenta pero que recuerdo verte tendido boca abajo desnudo, y las lucecitas amarillas que llegaban desde tu balcón treparon desde tus talones hasta la pared húmeda y acolchada de mis pensamientos. Que escribí un poema en mi cabeza mientras esperaba que estuvieras despierto, un domingo por la mañana. Quisiera que se fusionaran las frases 'coger-tener sexo-hacer el amor', preparar un budín con ellas, poner arándanos y fruta seca encima y decir que eso es lo que nosotros hacemos desde que nos conocemos.

A veces quisiera golpear con las manos abiertas tu pecho, desesperadamente.

A veces quisera soplar suavecito sobre tus pestañas y ver cómo te despiertas. Quisiera verte otra vez con esa toalla café que tú tienes, al rededor de tu cintura, e interiormente convencerme de que eres un centauro, aunque tú no lo creas. Otra vez quiero que pongas tu mano en mi entrepierna en la oscuridad de un taxi.

Luego quiero irme muy lejos durante tres meses y ver qué pasa. Hacernos un poquito de justicia.

sábado, 29 de agosto de 2015

Calor en la habitación

voy a regalarnos un minuto de silencio por las ochocientas mil cuarenta y siete horas mudas que invitaste a entrar en el instante en que tú te paraste del sofá para abrir las ventanas y distraído respiraste y pensaste en la hora

miércoles, 26 de agosto de 2015

si pudiera yo más te diera

las cosas nos salen en una especie de pretérito imperfecto del subjuntivo y es sólo porque somos una anómala lectura del fornicio de rojas

sábado, 22 de agosto de 2015

Sábado


Estamos en un campo abierto, es verano. Respiro el aire cálido, huelo la tierra seca y el pasto amarillo muy lejanamente húmedo. Todo a nuestro alrededor es amarillo. Estamos juntos en los columpios, tú sentado a mi izquierda, meciéndote casi imperceptiblemente, mirando lejos, hacia un punto ciego que yo no alcanzo aunque esté de pie sobre el columpio y moviéndome con mayor fuerza. Me siento conmovida por el clima. Te digo de pronto, y no sólo por romper el silencio, que me siento feliz. Quizás todo esto es cierto, pero no tengo miedo. Cuando te quedas callado así como ahora, y miras y no miras todo este campo que es nuestro, sé que me quieres.

El aire es tan cálido que me aturde, la luz está en todas partes aunque no haya sol.

domingo, 16 de agosto de 2015

Departamento No. 3


Ya no hay más tiempo entre nosotros,
la tarde ha dado saltos agigantados
y ha expandido sus dieciséis dedos en medio
de mis muslos y tus hombros.

Ya se está metiendo el sol entre tu frente y mi voz
y los veinticuatro grados de este mes de agosto
nos hincan sus ocho dientes.

Pasajero número siete, ¿vendrías a mí la próxima tarde?
La mañana de hoy es quizá
la misma mañana que viví hace ciento cinco años.
Yo reconozco este techo altísimo y triste de tu recámara.

Estoy sola.

En la noche el tiempo nos estuvo vigilando.
Sumergidos en un grito que es voz muda,
mientras dormíamos nuestros cabellos conversaron.
Nadie nos mira en este fragmento de historia que somos.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Pasa y siéntate


Dejaré de pensar en ti por unos instantes. Saldré a la calle, miraré el reloj de nuevo. Caminaré aturdida, sin mí y sin ti, dedicada a llegar a algún sitio para poder encontrarnos. 
Aunque no te conozco en mi imaginación siempre te sonrío.
Llegaré entonces. 
Entre efectos fotogénicos y cierta búsqueda de afectos y ficciones todo comenzará realmente.
En algún momento. 

viernes, 17 de julio de 2015

Roma, città aperta de Rossellini y el Neorrealismo italiano


Stamattina mi sono alzatoo

bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!

Stamattina mi sono alzato,

e ho trovato l'invasor.


 

El cine atrapa 24 mariposas de tiempo por segundo

y las petrifica, las exhibe en el museo de la memoria.

Eugenio Polgovsky

 

Era el año de 1943 cuando gran parte de la comunidad italiana sufría las consecuencias políticas no sólo de la firma del armisticio con los Aliados y de la traición por parte del gobierno de Italia hacia los acuerdos con el gobierno alemán sino, en general, de todo el contexto de caos, represión y violencia que significó para Europa la Segunda Guerra Mundial. Entre tales consecuencias se encontraba la apabullante invasión de grupos nazis a Italia, que dio lugar a la conformación de la Resistenza italiana cuya duración fue de 1943 a 1945. Dichos años se consideran un periodo clave en la historia moderna de Italia, por su importancia en el fortalecimiento de un sentimiento de identidad y de orgullo italiano. Integraron a la Resistencia tanto sujetos de la milicia como miles de civiles entre quienes abundaba la diversidad de pensamiento político e ideológico; un solo objetivo era el que impulsaba a la Resistencia: un segundo Risorgimento de la patria.

            Pocos años antes de estos difíciles acontecimientos, durante el régimen de Mussolini, exactamente en 1937 fueron inaugurados en Roma los estudios Cinecittà (que hasta la actualidad operan exitosamente). Apunta Ettore Scola que

Como todos los grandes dictadores, Mussolini no tardó en comprender la importancia del cine. […] Mussolini entrevió, en una época en la que la televisión no existía, que el cine era un medio importante no sólo de propaganda, sino apropiado para la difusión de hábitos, de modos de vivir, de la arquitectura típica del régimen.

De esta manera, es entendible que la cinematografía italiana de esos años hubiese estado enmarcada por el discurso oficial del fascismo, mostrando además un anhelo por la esplendorosa Roma antigua. Por supuesto, la realidad creada en esas primeras producciones de Cinecittà se encontraba lejos de mostrar a los espectadores internacionales cuál era el verdadero ambiente en la Italia del tercer decenio del siglo XX, de ahí que a ese cine se le atribuyera el calificativo “de los teléfonos blancos”, dada su exaltación de una sofisticada irrealidad nacional. Frente a esto, un importante grupo de jóvenes cineastas, en su mayoría con un pensamiento político de izquierda y formados en el Centro Experimental, comenzaron a proponer un cine ética y estéticamente distinto al discurso oficialista.

Las manifestaciones cinematográficas de estos cineastas revelaron una ruptura con los modelos temáticos y formales del cine de Mussolini. Su movimiento manifestó una nueva relación entre el artista y la sociedad, pues mostró interés en testimoniar las condiciones de vida de Italia durante los años de guerra. Fue el crítico y guionista Umberto Bárbaro quien en 1943 empleó el término ‘Neorrealismo’ para nombrar a las películas que expresaban una italianeidad mucho más próxima a la nueva realidad del país. Son películas con muy pocos medios técnicos, si bien en parte debido a la precariedad económica que atravesaba Italia (en esos momentos Cinecittà había sido devastada) también porque se trataba de reproducir las condiciones reales de la sociedad. En estas películas existen las sombras, la oscuridad, los finales trágicos, la muerte. El estilo documental permitió dejar de lado las epopeyas y los refinados ambientes; la filmación en locaciones, no gastar tanto dinero al tiempo que mostrar con veracidad al país. Fueron películas en las que los actores no eran profesionales y en las cuales se dobló el diálogo.

Referencia importante es Ossesione de Visconti (1943) como antecedente del movimiento, aunque ha sido Roma, città aperta de Roberto Rosellini (1945) la película emblema del Neorrealismo italiano. En ésta se establece, desde el comienzo, un pacto de veracidad con el espectador, incluso antes del primer minuto; se anuncia solemnemente que  los hechos y personajes presentados en la película refieren a los nueve meses de ocupación nazi, mencionada al inicio de este ensayo. Así, la narrativa de la película da inicio con la persecución de Manfredi, poniendo en escena la inexistencia de la privacidad y la poca seguridad. La austeridad de los escenarios entra en un diálogo, tal vez simbólico, con el hambre de la gente representada y su lucha por sobrevivir pese a las miserables circunstancias. A su vez, la perspectiva apunta hacia una vindicación de la dignidad del pueblo italiano, quizás personificada en el personaje de Doña Pina, que los alemanes intentan exterminar (asesinato de Doña Pina).

Por otro lado, es de destacar que en esta película, como en muchas otras del movimiento neorrealista, partes del guion denotan una penetrante crítica; hay diálogos en los que se pide el fin de la guerra, se expresa la incertidumbre ante el futuro, se reafirma la fe religiosa y la resistencia al miedo o a la derrota, se expone humanamente la añoranza por la paz y la libertad, así como la defensa de la igualdad. Asimismo, la incorporación de movimientos de cámara manuales ayudan a confeccionar escenas y secuencias además de más verosímiles, más intensas e incluso, en algunos casos, más sobrecogedoras como la de las escaleras, en donde la angustia y la contrariedad se experimentan de manera visual.

Finalmente, cabe apreciar dos aspectos muy interesantes. El primero de ellos es la caracterización de la figura del niño donde, en mi opinión, pareciera haber ciertas resonancias de The kid, de Charles Chaplin (1921). Los niños de Roma, città aperta son los testigos y herederos de los conflictos nacionales, sin embargo aquí no se les presenta tanto como víctimas, más bien como personas vulnerables pero valientes, inteligentes, sensibles, fieles, a quienes se les pone a prueba y, pese a la desgracia, sobreviven. Resulta curioso que la primera vez que entra a escena el padre Don Pietro está entre los niños, lo cual configura al personaje, de inmediato, como alguien de confianza y con los mismos atributos antes mencionados. El segundo aspecto tiene que ver con la caracterización de los personajes “actores”, quienes  son superficiales, inconscientes, falsos y hasta traidores. Ello quizás apunte hacia una velada, pero presente crítica a los actores, quienes tuvieron casi nula participación en las películas neorrealistas, si bien por cuestiones económicas también, es evidente, por principios artísticos y morales.   

            En conclusión, el Neorrealismo italiano forma parte de una respuesta artística al contexto social vivido en Italia durante los años de la guerra (el movimiento finalizó hacia los años cincuenta), que paralelo al cine nacional fascista también buscó fortalecer la identidad italiana. De esta manera, a través de un nuevo estilo de lectura de la realidad se preservó conscientemente en la memoria este hecho histórico, poblado de rostros, de personas y de nombres concretos. Sin duda, esto significó una relación especial del cine con la sociedad de su tiempo y no por documental dejó de ser una creación, pese a todo, bella.


Aquí pueden ver o descargar la película, lamentablemente sólo la encontré completa doblada al español; verla escuchando el italiano es una grata experiencia.

viernes, 10 de julio de 2015

Príncipe, de Sam Jong

 Hoy he decidido hacer una entrada a este blog un poco diferente. Usualmente vengo a escribir acerca de mí y, bueno, quizás esa característica se mantiene esta ocasión, aunque ahora lo hago a través de una nueva expresión. Desde hace algunos meses asisto a un curso introductorio a la historia del cine, lo cual ha causado en mi vida cotidiana un  gran impacto. La verdad es que mi acercamiento al cine había sido mínimo, de verdad mínimo, pero al conocer un poquito más acerca de la complejidad de su composición, su repercusión en nuestra cultura, en nuestra manera de apreciar el mundo, el tiempo, el color, el movimiento, el lenguaje, me siento algo fascinada, como si estuviera aprendiendo un nuevo idioma y como si una realidad se comenzará a ver más nítida, más seductora. (Todo esto para justificar por qué esta ocasión vengo a hablar de una película g-nial. )

Actualmente se exhibe en la Cineteca Nacional, como parte del 35 Foro Internacional Príncipe, escrita y dirigida por Sam de Jong (quien por cierto es un bombón, miren). Es una película filmada, la mayor parte del tiempo, en espacios abiertos y lo que la vuelve interesante es que a pesar de eso no hay "extras", es decir, todos las personas que aparecen en la película son personajes dentro de la trama, y que a lo mucho serán quince. En mi opinión, esta característica ayuda a que el espectador se concentre mucho más en la historia y se entregue a la situación que se presenta. Hay momentos que son de mucha tensión y en donde las únicas opciones para actuar se ciñen a los recursos que el director ha mostrado, que a pesar de ser muy pocos son totalmente suficientes: una casa, quince personajes, uno de ellos increíblemente demente , un barrio solitario, el verano, un automóvil súper lujoso, una corona.

Otro aspecto que considero excepcional en esta película es el soundtrack y el diálogo que éste tiene, como un ritmo más que como una letra, con las emociones que se buscan proyectar. Esto me cuesta un poco de trabajo explicarlo. ¿Alguna vez han comido algo como pollo con alguna fruta o una carne con salsa dulce al tiempo que condimentada? Lo que quiero expresar es la combinación de emociones  que provoca el soundtrack, pues por una parte se percibe un sentimiento propio de la historia narrada, y por otro, con igual fuerza pero sin opacar, se percibe el feeling de la música y todo esto provoca algo parecido a la explosión de sabor de un buen platillo gourmet. A su vez, el manejo de la iluminación en algunas secuencias intensifica una percepción "irreal" de las cosas, pese a que se trata de una historia que crudamente podría ser real. De tal manera que es una explosión, o una especie de polífonia, si tal concepto pudiera aplicarse a una película, no sólo a su historia sino a todo lo que la compone, la que Príncipe nos revela.

Sé que este comentario ha estado un poco "mñe", en parte porque soy muy nueva dando mi opinión acerca de una película y quizás podría hacerlo mucho mejor si sólo hablara de la narración, pero ese no ha sido ese mi objetivo porque la historia sólo es una pequeña parte de un buen filme, como este. Respecto al guión no podría decir mucho, creo que es algo que pasa a segundo plano. Algo notable también es el cuidado del vestuario, hay momentos en que éste revela la atención de un especialista en "moda juvenil contemporánea" (hasta parece alguna escena de i-D), sin abandonar la naturalidad y frescura de los personajes. En fin, se podría decir mucho.

De verdad me gustaría que estas líneas pudieran influir en algo para motivarlos a que, si tienen la oportunidad, vayan a verla. Esta tarde hice, en total, casi cinco horas de trayecto (ida y vuelta) y es cierto que pasé mucho calor en el metro, me fumé muchos malos olores, soporté el tráfico y el hambre, pero si me dijeran que lo repitiera sólo por volver a verla estoy segura de que lo haría, porque la experiencia de ver Príncipe lo vale. Aquí pueden ver la programación.


sábado, 18 de abril de 2015

Hay algo de cielo y algo de infierno en el acto de arroparnos con otros cuerpos. Se deambula entre la copa y la raíz del árbol del cosmos y se respira a través de esos sudores fríos en la nuca, los antebrazos, las rodillas. Se tiene puesta la piel de otro hombre, y también creo que hay algo de milenaria magia oscura en todo ello.

Sé que algo de muerte hay en ese arrojarse hacia la boca de otro, de dejarse escrutar por la mirada nocturna de otro, pero también una promesa de respiro e impulso. Lo tibio-húmedo y lo frío danzan entre dos cuerpos que se desnudan e intentan cubrir una desnudez profunda con la piel y la inmediatez de otro.

Creo que el placer es caótico y contradictorio, admito que las fuerzas que lo mueven dirigen a la completa destrucción, y es siempre por contacto; al final siempre se sabe más de lo que puede entenderse.   

miércoles, 15 de abril de 2015

Ich mag dich

Me descubrí escribiendo "me gustas" en el traductor, para saber cómo se escuchaba esa frase en alemán; sentí un poquito de nostalgia y la respiración apresurada. Estoy siempre jugando a imaginar recuerdos, porque a veces los míos, los ciertos, no me alcanzan.
Una vez tuve un novio a quien, ya con una botella de vino a cuesta, le pedía que me hablara en italiano. El último chico con quien estuve me dijo gute nacht y después vino el desnudo sueño.
Al amor lo recibo entre las piernas, pero esto no siempre  es cierto; a veces sólo siento que palpo al amor cuando me lo regalan envuelto en otro idioma: italiano, catalán, chino, coreano, alemán. Una tarde mi amiga me dijo: "tú no buscas cualquier relación, tú buscas historias", eso me dijo. Pero yo creo que busco un nuevo idioma. Yo la quiero mucho a ella, es dulce, es risueña, morenita inteligente. Pero me desvío, siempre me desvío.
Cuando salía con aquella chica de Beijing, siempre estuve preguntándole cómo se decía cualquier palabra en mandarín, y aprendí un par. Yo me enamoré de ella escuchándola a través de la pared, mientras platicaba con sus amigas en un idioma cadencioso e histérico. ¡Perdí siempre la cabeza al escucharla decir "Nǐ huì qù shàngkè jīntiān?" ,
Dirk sólo me dijo buenas noches, pero porque yo se lo pedí. Las dos veces que estuvimos juntos me habló en español argentino: "me gustás", "sacáme la ropa", "¿me ashudás?". Dice que vivió un año en Argentina. Su nombre en español era el mismo que "Diego", me lo dijo la noche en que lo conocí en esa fiesta de Coyoacán. Pero Diego se llamaba el chico que habla italiano y catalán, por eso mejor Dirk.
Ahora busco en internet cuántas horas son de diferencia entre la Ciudad de México y Berlín. Siete, como los días que él estuvo en la ciudad. Yo sólo lo vi tres veces, más no pude y por alguna razón comencé a extrañar mis clases de francés e inglés. Si es cierta la apreciación de mi amiga, pienso que lo nuestro fue una minificción, o tan breve como un estado de facebook.
Una vez leí una frase que decía algo así como "la vida es demsiado breve para aprender alemán", no lo sé, de pronto que sí. ¿Sabían que Goethe se pronuncia /gút/? Pero es como si dijeran u y e al mismo tiempo. Él me lo dijo una noche mientras bebíamos cerveza, recordábamos a Kafka también. Le dije que Kafka casi hace que me suicide y el se echó a reír y dijo "gracias a Dios que no".
Me ha entrado un odio por los traductores automáticos, porque me agrandan las distancias, la nostalgia y el deseo.

martes, 6 de enero de 2015

tintura negra, secreto

La última vez que te vi parecías más joven, ¿treinta años? Ahora me entero que tienes un hijo, su voz es ronca y parece de esos chicos que han aprendido a ser buenos con las mujeres. ¿Tu marido vive contigo? Yo y mi prima te preguntamos si tienes tiempo de pintarnos el cabello, dices que sí y dejas de arreglar el tuyo frente al pequeño espejo. Mi prima pasa primero. Yo me siento y miro a través de los grandes ventanales, hacia la avenida. A veces escojo tres o cinco segundos para mirarte, y me esfuerzo en demostrar que pronto distraigo la mirada. Tenis deportivos, jeans deslavados, sudadera verde limón y el cabello hecho un lío. ¿Quién eres? Dicen que te llamas Alejandra, pero pienso que sería mejor que te llamaras Azucena o Laura.

Me dices que llegó mi turno, Azucena, y me acomodo frente a ti en un asiento suave que me obliga a no mirarte directamente. Te veo desde el espejo, cuando no te das cuenta. Antes de colocarme una manta de algodón sobre mi abrigo para que éste no se ensucie con el tinte, me dices en volumen bajo que tienes las manos frías, mientras metes tus dedos entre la ropa y mi espalda, para acomodar la manta. Te mueves rápido. Poco a poco siento cómo me humedeces el cabello con la tinta negra, giras mi cabeza con tus manos delgadas y teñidas y yo te obedezco; hago lo que tú quieres haga. Cierro los ojos mientras me peinas cuidadosamente, mientras mojas el resto de la cabellera. Sonrío si recuerdo tus manos heladas en mi espalda.

Cuando me enjuagas el cabello, Azucena, Alejandra, todos los que están en esta estética deberían saber que es tiempo de irse, porque qué cálidas me parecen ahora tus manos, cuando me acaricias la frente y te inclinas tanto sobre mí que puedo sentirte respirando sobre mis ojos cerrados. ¿Son tus manos estas, Alejandra, Laura, las que frotan y crean espuma detrás de mis orejas, sobre la nuca? Sí, todos deberían marcharse ahora. Tu pierna roza continuamente mi hombro y tu respiración la percibo cada vez más tibia y más dulce, cerca del cuello y sobre mi frente. Eres callada. No hablas ni si quiera con el resto de los clientes. Una gota de agua jabonosa me resbala por el cuello, casi hasta el pecho, y yo sostengo la respiración mientras la limpias cuidadosamente con una toalla blanca. Te ríes bajito. Me divierte pensar que nos están mirando. Apenas me animo a entreabir los ojos de vez en cuando, no quiero que este momento termine. Eternamente quiero sentir tus manos entre mi cabello, Azucena, Laura, Alejandra. El absurdo de que alguien de cabello negro se tiña el cabello de negro sólo se justifica por este momento, pienso. Si cesas de enjuagar el cabello ahora el absurdo me abrumará tanto que sólo podré pensar que me he equivocado de tono, de lugar, de gusto. Cuando abra los ojos y me vea en el espejo pensaré si me ha quedado bien este tono y si le gustará a algún hombre.
¿Nos conocemos, Alejandra? Me pregunto por qué es tan fácil desearte cuando cierro los ojos. Quizá yo también te gusto un poco. Ahora sólo estoy contigo, Alejandra, y nos relacionamos a través del agua. Nadie sabe este lenguaje húmedo y mudo que tenemos en el espacio íntimo de nuestros pensamientos.

Antes de irme te agradezco efusivamente, sonrío y juego con mi cabello frente al espejo. Evito mirarte. El pudor y la evidencia del absurdo es lo único que tengo cuando mis ojos están abiertos.