No podré.
Recordé cómo, algunas tardes, me miraste fijamente.
Y me rendí.
¿No crees que conocimos la reciprocidad gracias al deseo?
Me llenaré de pavor los días
que amanezcamos uno tan cerca del otro,
porque al mirarnos
ya conoceremos el futuro de nuestros secretos.
Recordé cómo, algunas tardes, me miraste fijamente.
Y me rendí.
¿No crees que conocimos la reciprocidad gracias al deseo?
Me llenaré de pavor los días
que amanezcamos uno tan cerca del otro,
porque al mirarnos
ya conoceremos el futuro de nuestros secretos.